En un mundo actual, marcado por el cambio y la disrupción tecnológica, las empresas se ven en la necesidad de generar nuevas oportunidades para seguir creando valor, impulsar el crecimiento y mejorar la eficiencia. En este escenario, solo es posible lograrlo apostando por la transformación y la innovación; es decir, reconsiderando en todo momento la creación de valor por parte de la organización, ahora y en el futuro.
La competitividad es cada vez más compleja. Hasta hace unos años, una mejora incremental era suficiente para mantener posiciones, o incluso para alcanzar nuevas cotas de éxito. Pero la potencia de la innovación, la disrupción tecnológica y la transformación digital requiere creación de valor exponencial, crecimiento sostenido y reinvención ágil. Y esto puede valer para hoy; pero, ¿y mañana o pasado?
Las siguientes claves para transformar una empresa permiten hacerlo de una forma efectiva, para que la organización logre prosperar en escenarios cambiantes, generando oportunidades sin comprometer la viabilidad de la compañía.
1. Estrategia
Contar con una estrategia sólida permite una toma de decisiones consecuente, y por tanto, es posible basar la transformación en los objetivos estratégicos, de una forma realista. Gracias a la estrategia, la organización puede conocer cómo crear valor; y ese conocimiento debe ser el núcleo de la ambición transformadora.
Así, resulta fundamental que la estrategia de la empresa sea clara y que cuente con el consenso de las personas clave de la organización, permitiendo alinear sus actividades y tareas con la visión estratégica. El objetivo es que la estrategia de transformación se base en la capacidad de la propia organización para lograr los resultados esperados.
2. Liderazgo
Solo una pequeña parte de las capacidades de la organización tiene un papel fundamental para competir y diferenciarse; así que es clave centrarse en esas capacidades críticas para generar el máximo valor. Para detectarlas, centrarse en ellas y priorizar, es necesario contar con líderes que puedan concentrarse en ello.
Los líderes de la transformación tienen una imagen holística que les permite construir una disciplina para evolucionar de forma constante. De este modo, pueden estar preparados para la disrupción y buscar nuevas trayectorias de forma más ágil.
3. Creación de valor
Una capacidad fundamental del liderazgo es el enfoque a la creación de valor. Los líderes de la transformación estudian el valor a alcanzar antes de comenzar el proceso transformador. Por este motivo, dedican parte de su jornada a monitorizar, medir y buscar caminos alternativos; unos procesos en los que el Business Intelligence supone una inestimable ayuda.
El valor vincula la estrategia de negocio con la transformación, y cuanto mejor esté definido, más fácilmente se pueden crear conexiones y planes de ejecución. Una buena práctica es dividir el proceso en iniciativas menores, más manejables, que en conjunto permitan llegar al objetivo. Cada uno de estos hitos, también, debe estar centrado en la creación de valor, de modo que el agregado sea exponencial.
4. Sostenibilidad
Es importante extender el valor más allá de la transformación, para hacerlo perdurar en el tiempo. Para tal fin, hay que poner en marcha las capacidades, las competencias y la cultura de forma adecuada, mediante un enfoque analítico y cuantificable.
Las personas que ejercen el liderazgo deben identificar, involucrar y capacitar a otros líderes para que más perfiles basen sus acciones en el análisis y se alineen con la ambición de la transformación empresarial.
5. Agilidad y flexibilidad
Un entorno en continua evolución requiere empresas y líderes preparados para evolucionar. Para ello hay que trabajar la integración de la agilidad, la innovación y la mentalidad disruptiva en cada iniciativa.
Los valores de agilidad y flexibilidad permiten obtener resultados de una forma más rápida; pero sobre todo, permiten manejar la complejidad y la imprevisibilidad. Los líderes deben diseñar el negocio teniendo en cuenta que los resultados pueden variar, y por ello, hay que tener en cuenta escenarios alternativos de mercado y la evolución de las tecnologías.
6. Talento
El talento es, junto al liderazgo, la principal causa de éxito o fracaso de la transformación empresarial. Un líder debe tener influencia y credibilidad para motivar al mejor talento; y por este motivo, es importante que el liderazgo transformador esté dedicado a la transformación, en vez de optar por perfiles que asumen un liderazgo teniendo que compaginarlo con su trabajo regular.
Tampoco se debe dejar de lado la necesidad de invertir en el talento para mejorar su rendimiento y dedicación, propiciando la conexión y la redistribución del mismo para apoyar el crecimiento desde toda la organización.