Cada vez es más habitual trabajar dentro de un equipo remoto. Y en este escenario de trabajo híbrido, todavía hay muchas empresas que están empezando a andar este camino… y aprendiendo sobre la marcha.
Hay muchas cuestiones que tener en cuenta para que un escenario de trabajo híbrido o completamente remoto sea un éxito. Tantas como retos. Pero quizá el más complejo es la conexión y cohesión del equipo; algo que si ya es difícil con personas que se ven todos los días en un mismo espacio. En el caso de un equipo remoto se necesitan procesos establecidos pero también un fuerte cultura compartida entre profesionales distribuidos (en ocasiones) por todo el mundo.
Existen empresas que ya tienen un largo recorrido en este aspecto y una tradición de trabajo en remoto de años. Y como en casi todo, el tiempo ayuda a mejorar y valorar lo realmente importante, pero también podemos inspirarnos y tomar ejemplo de quienes están recorriendo ese camino con éxito.
Gracias a la interesantísima newsletter de Álex Rayón, en la que con cierta periodicidad se habla de trabajo híbrido, equipos remotos o herramientas para el teletrabajo, pudimos descubrir un inspirador hilo de Twitter de Nathan Barry, CEO de ConvertKit. En el mismo y desde la experiencia de años, expone una serie de ideas (algunas muy rompedoras) que hacen que su equipo remoto trabaje como si estuviesen todos en la oficina siempre… de hecho, que lo haga mejor.
https://twitter.com/nathanbarry/status/1480944048189980678?s=20&t=G24EMfvP8ZJL5meX01XZqQ
La pregunta clave es, ¿cómo crear conexiones que fortalezcan los vínculos de un equipo que rara vez interactúa físicamente? Sin pausas para el café, sin “¿qué tal el fin de semana?” del lunes, sin poder levantarse de la silla y dar unos pasos para comentar brevemente un tema…
Y la respuesta es la cultura. En este caso, la cultura de trabajo en remoto y team building. Una cultura que, según la empresa, requerirá de sus propias acciones, pero que en el caso de ConvertKit tiene algunos brillantes ejemplos:
- Un podcast interno en el que los diferentes miembros del equipo hablan sobre ellos mismos. De este modo se rompe esa barrera de la primera interacción y se obtienen algunos conocimientos básicos sobre cada persona, facilitando conversaciones y creando vínculos.
- Formación y pautas para la comunicación asíncrona, que obliga a redactar mejor y articular ideas claramente. Un buen email es capaz de evitar reuniones innecesarias, distribuir adecuadamente la información relevante y trabajar de una forma más enfocada.
- “Días sin reuniones” compartidos, para que cada miembro explote al máximo su tiempo de trabajo sin interrupciones (y, si así lo desea, sin perder tiempo en arreglarse para la cámara). En el ejemplo que nos ocupa, los martes y los viernes son días altamente productivos.
- Secuencia automatizada de email para los nuevos miembros, para que las incorporaciones tengan la información necesaria para conocer la empresa, al equipo, el trabajo e incluso, bromas internas. Al estar creados de antemano y automatizados, además, no es necesario dedicar tiempo para algo tan básico cada vez que hay una incorporación.
- Sesiones de feedback no solicitado, donde cada miembro recibe críticas en base a un guion establecido durante 10 minutos como si no estuviese ahí, sobre las que toma nota. Después hay 5 minutos de réplica y el resultado es, generalmente, una larga lista de cumplidos, críticas constructivas y un refuerzo de la cultura de la comunicación directa en el trabajo.
- Organización de llamadas a tres entre equipos y departamentos. Un bot elige a tres personas al azar y les emplaza a una reunión de 3o minutos para que se conozcan, hablen de sus trabajos, sus objetivos y preocupaciones. De este modo se rompen barreras entre equipos, departamentos o áreas de conocimiento, derivando en experiencias laborales enriquecedoras y una mejor visión global de la empresa.
… así hasta diez ideas que, a juzgar por los resultados, funcionan.
Echa un ojo al tuit de Nathan Barry, piensa en tu organización y lánzate a construir esa necesaria cultura en un escenario en el que, cada vez más, habrá una parte del equipo teletrabajando.