La competitividad de las empresas vascas y del País Vasco en general, es una preocupación fundamental para la política económica y laboral de nuestros dirigentes. Las lecciones aprendidas a base de golpes, sobre todo en los años 80, desarrollaron la capacidad de nuestro territorio para estar atento a los cambios del mercado y la economía para evitar que se repitiese la historia. Así, a la tradición innovadora, trabajadora y emprendedora de los vascos, se unió la exigencia competitiva.
La competitividad supone un factor clave a tener en cuenta en las políticas socioeconómicas y en este sentido, su estudio es una parte fundamental del trabajo que se desarrolla en la Comunidad Autónoma Vasca para alcanzan mayores cotas de bienestar y desarrollo. Por esto cada dos años, el Instituto Vasco de Competitividad Orkestra presenta el Informe de Competitividad del País Vasco, donde se establecen las líneas a seguir para avanzar en este sentido, además de analizar la situación competitiva de Euskadi.
El pasado 1 de julio fue presentado el estudio de 2015, que siguiendo las líneas de años anteriores como la innovación y el desarrollo sostenible, se centra en la transformación productiva. En el informe se analizan los avances realizados en base a las fortalezas del tejido productivo vasco, pero también se establecen las debilidades y retos a los que nos enfrentamos. Sin duda, un estudio a revisar para tener en cuenta dónde estamos y a dónde queremos llegar.
¿Saldremos reforzados de la crisis o esta nos ha hecho perder músculo?
¿Seremos capaces de afrontar los retos que nos plantea el futuro?
¿Sabremos poner en valor todo lo aprendido y los importantes avances realizados?
¿Están nuestras empresas mejor preparadas para un mercado global tan competitivo?