El pasado 1 de noviembre andaba por los pasillos del Hospital de Cruces en Barakaldo, dado que acababa de nacer mi sobrina Paula, y cerca de la sala de espera me encontré un cuadro con el PLAN ESTRATÉGICO 2015-2018.
Seguro que para mucha de la gente que circula por allí pasa totalmente inadvertido, pero a mí me llamó la atención verlo y reconozco que fue una sorpresa muy agradable por dos motivos principalmente:
- Me parece muy positivo que los empleados conozcan cuál es el plan estratégico y puedan consultarlo en cualquier momento. Desde mi punto de vista, debería ser exigible en todas las compañías.
- Me atrae más aún que, no sólo los empleados puedan verlo; sino que también cualquier cliente, ya sea pacientes o visitas, puedan consultarlo.
Estos dos motivos tendrían que generar inputs positivos canalizados a través de críticas constructivas o nuevas propuestas y para ello la empresa tendría que facilitar el modo de poder recopilar las inquietudes del MEJOR ACTIVO DE LA COMPAÑÍA.
Si únicamente plasmamos en un plóter colgado en una pared nuestras ambiciones como compañía, pero no dotamos de instrumentos para recoger las opiniones de quienes actúan como motor hacía ese objetivo marcado; estaremos alimentando a la crítica destructiva, a la desmotivación por contagio, a encontrar numerosas justificaciones para no salir de la zona de confort.
Comunicación, compromiso y transparencia
El hecho de plasmar en un cuadro el PLAN ESTRATÉGICO, es un ejercicio de transparencia y compromiso con los empleados y los clientes de esa compañía; y más en este caso que hablamos de un hospital financiado con dinero público.
Se da la posibilidad de que cualquier persona pueda evaluar si, a grandes rasgos, se cumplen la Misión / Visión / Valores marcados. Es más, yo hice un ejercicio de memoria para evaluar algunas diferencias entre mi última visita y la actual; y puedo decir que ha habido mejoras en línea a lo marcado en el plan (siempre desde mi visión de visitante: entiendo que los trabajadores podrán tener una visión muchísimo más amplia).
Desde las empresas debemos abandonar esa mentalidad de secretismo tan habitual y pasar a una mentalidad de transparencia de cara a los empleados y clientes / proveedores.
Si todos conocen cuál es nuestro PLAN ESTRATÉGICO, más fácil será el llegar a él, dado que todas las fuerzas se dirigirán en el mismo sentido; mientras que en el caso de no conocerlo, nos encontraremos con tantas fuerzas ejerciendo presión hacia cualquier dirección como posibles interpretaciones exista del objetivo de la compañía (siempre y cuando se conozca y dejando a un lado el principio básico de MAXIMIZAR EL BENEFICIO).
Carece de sentido que sea conocido de manera exclusiva por el Equipo Directivo y entra en contraposición con el nuevo estilo de “Management”, con organigramas muy horizontales y empresas en las que se eliminan las barreras físicas (despachos, etc…) e incluso desaparecen los puestos de trabajo fijos. Y por supuesto, sin olvidar la figura cada vez más consolidada del Controller de Gestión que actúa como nexo de unión entre la estrategia y la parte operativa.
Por lo tanto prestemos atención a como con una simple acción, con un coste mínimo, podemos establecer un vínculo de comunicación, compromiso y transparencia con nuestros empleados, clientes y proveedores.
Artículo escrito por David García Simancas, Financial Controller en PHS Serkonten.