La fabricación aditiva es uno de los conceptos que más está dando de qué hablar con la popularización del término Industria 4.0. Y no es para menos ya que es capaz de fabricar piezas para multitud de industrias con unas ventajas muy notables.
A pesar de ser una tecnología nueva, se basa en una idea que la industria de decoletaje lleva más de 50 años utilizando.
Qué significa Fabricación Aditiva
La fabricación aditiva o fabricación por adición, es también denominada de forma más común como impresión 3D. Hace referencia a un conjunto de tecnologías para crear objetos tridimensionales mediante la superposición de capas de material.
Qué es la Fabricación Aditiva
Se trata de un nuevo concepto de producción, por el que los materiales se depositan capa a capa de una forma controlada. De este modo la creación e piezas de plástico, metal, yeso u otros se adapta mejor a las necesidades de cada sector, ya que se crea en base a planos virtuales.
Con el diseño asistido por ordenador o un software de modelado y animación, se crea una especie de guía de impresión, a partir de la cual, la máquina va creando la construcción por capas hasta finalizar el modelo.
Para qué sirve la Fabricación Aditiva
La fabricación aditiva posee un importante potencial de futuro en todo tipo de aplicaciones. No sólo se contempla la fabricación de piezas intermedias o finales; sino que puede suponer un gran avance para otras tareas como realizar planos y maquetas o crear alimentos procesados.
Por qué es importante la Fabricación Aditiva
En comparación con otras técnicas de fabricación más tradicionales, la tecnología de Fabricación Aditiva permite fabricar piezas hasta con un 90% más de rapidez. Gracias a la utilización de material para fabricación de forma exclusiva, esta técnica no produce desechos, permitiendo reducir los costes y producir de una forma más sostenible.
Beneficios de la Fabricación Aditiva
Entre los principales beneficios de la fabricación aditiva, que están logrando que esta tecnología esté despegando tan rápidamente encontramos los siguientes:
- Permite la creación de series de productos más pequeñas, en función de demanda.
- Reduce el coste inicial de inversión para fabricar un nuevo producto.
- Facilita el proceso de diseño, eliminando restricciones tradicionales del mismo.
- Permite crear montajes con diferentes materiales y propiedades con un ensamblado sencillo.
- Reduce los costes de producción al añadir dificultades geométricas al diseño.
- Permite diferenciar o personalizar cada producto sin encarecerlo.
- Permite integrar mecanismos en las piezas producidas sin realizar montaje, calibrado ni ajuste.
- Elimina los desechos de material, facilitando un mejor cuidado del medio ambiente y la reducción de costes.
Fabricación aditiva e Industria 4.0
La producción aditiva está experimentando un crecimiento importante en los últimos años. Al fin y al cabo, la rapidez, la precisión y el ahorro son tres cuestiones que cualquier industria quiere mejorar.
Estas técnicas ya están presentes en un gran número de sectores, gracias a la facilidad para crear una gran variedad de componentes. Cuanto más complicada o detallada sea la fabricación, mayor beneficio encontramos; y es por ello que los principales sectores que están empleando hoy la fabricación aditiva son los relacionados con la salud, la industria aeroespacial o la automoción.
En el campo de la salud, por ejemplo, la impresión 3D permite crear implantes de una forma personalizada, en función de cada necesidad específica del paciente. Esto permite una reducción de costes brutal a la hora de hacer una única pieza; y dado que es individual, el resultado es mejor.
En cualquier caso, el potencial de crecimiento sigue siendo enorme. La industria juguetera, electrónica o fabricantes de muebles ya empiezan a fijarse en estos avances; pero es posible incluso utilizar la tecnología 3D en el sector alimentario o textil.
Cómo aprovechar las posibilidades de la fabricación aditiva
En función de las necesidades, la manufactura aditiva permite una producción adaptada al sector o componente específico. Las principales técnicas que se pueden emplear son la fusión de material en polvo (deposición de una capa de material en polvo en la zona de trabajo para fundirla de manera selectiva), el modelado por deposición fundida (utilización de material termoplástico fundido para su posterior solidificación) o el Jetting (una mezcla de material fotopolímero en gotas que se seca con luz).