Estamos a punto de comenzar a crear un valor sin precedentes para la industria y la sociedad, impulsado por los cambios que permite la tecnología digital. Ya sea por medio de la recopilación de datos de pacientes para compartirlos rápidamente o el cambio que se está produciendo de la gestión de enfermedades al bienestar en la industria de la salud; la transformación digital está cambiando nuestra forma de vivir y trabajar.
Lo que se ha llamado Cuarta Revolución Industrial, es una disrupción significativa en la industria tradicional, alimentada por la rapidez, el ahorro de costes y la forma en la que crecen las empresas. Existe un amplio consenso en que la oportunidad económica de la transformación digital puede alcanzar los 100 trillones de dólares en todo tipo de industrias durante la próxima década.
Pero este impacto va más allá de lo económico. Como ejemplo, tomaremos la industria de la automoción. Un análisis reciente del Foro Económico Mundial estima unos 670 millones de dólares de valor industrial, al que suma unos 3 trillones de dólares de valor social para 2015; con cerca de 1 millón de vidas que se espera salvar gracias la transformación digital, a medida que se adopta de forma masiva el uso de vehículos autónomos.
De Uber a Tesla, las startups punteras están ya cambiando la industria tradicional. Todo negocio e industria está ya considerando qué significa la transformación digital para sí; y cómo puede reimaginar su compañía y su sector (veamos los ejemplos de Airbnb, Netflix o Amazon Go). La cuestión no es “sí…” ni el reto es “cuando”, sino “¿cómo?”.
Sin embargo, abrazar el cambio digital puede tener resultados inciertos. Esto es así porque no existe un camino marcado a la madurez o maestría digital.
¿Cuál es la receta del éxito?
Cuando se estudian compañías exitosas de diferentes industrias, destacan dos cuestiones fundamentales.
La primera, que un cambio organizacional de tal calibre, requiere un liderazgo muy fuerte: una visión enfocada en los resultados reales de negocio.
La segunda, que lo digital debe ser adoptado a lo largo y ancho de todo el negocio. Empezar con pequeños proyectos que se puedan medir y de los que se pueda aprender, pero planear el cambio en todas las áreas de la compañía.
La hoja de ruta digital se puede construir a partir de una serie de cuestiones clave:
- ¿Cómo cambia la experiencia de cliente desde la venta hasta el servicio?
- ¿Cómo facilita la compañía a su gente para trabajar juntos, trabajar mejor y hacer más con menos?
- ¿Cómo se optimizan las operaciones para una mayor eficiencia?
- ¿Cómo puede lo digital abrir posibilidades para transformar productos, negocios e incluso la industria?
En la industria de la automoción vamos a reinventar cómo construir vehículos. Vamos a cambiar cómo se compran los coches. Vamos a reimaginar lo que es “tener” un automóvil. Se va a democratizar la experiencia de la conducción para billones de personas en todo el mundo; y se va a hacer con capacidades digitales emergentes. Los fabricantes tradicionales ya están aportando ideas sobre vehículos conectados y coches autónomos. Se está iniciando ya un gran impacto económico y social. Ya se está creando el futuro de la automoción. La transformación de mucho más que una sola industria.
Desde el entretenimiento y la conectividad, hasta el mantenimiento predictivo y la atención al cliente; la experiencia del cliente está cambiando, como también está cambiando la seguridad vial. Lo digital va a transformar cada aspecto de la industria automotriz desde las operaciones centrales (cadena de suministro, producción, servicio, retail…) hasta la cadena de valor asociada (post-venta, financiación, seguros…). Y un ERP de automoción debe estar listo para soportar este cambio.
La transformación digital marca el punto de inflexión donde las nuevas tecnologías se convierten en parte esencial del sistema nervioso del negocio, conectando ventas, marketing, finanzas, recursos humanos, producción, logística y servicio al cliente; mientras cambia para siempre cómo operan e interactúan las personas.
La nube, la inteligencia artificial, la realidad aumentada y otras tecnologías emergentes, sumadas a la evolución de los sistemas de análisis de datos y los ERP; son herramientas que habilitan nuevas, mejores y (a veces) disruptivas capacidades de negocio. Es cuestión de combinar estas herramientas con claves de negocio y técnicas como el design thinking para aproximarse a un problema desde una perspectiva diferente y concebir nuevas oportunidades.
Bienvenido a la era del la compañía conectada. La gente conectada. El mundo conectado al fin y al cabo. Habilitado digitalmente y transformado.
Adaptación realizada a partir de una traducción del blog oficial de Microsoft.
Puedes ver el informe completo aquí (en inglés). Microsoft se está aliando con empresas de automoción en todo el mundo para ofrecer plataformas digitales que ayuden a reformular las posibilidades de los profesionales. En este documento se dan unas pinceladas de lo que “puede ocurrir” en la transformación digital en el campo de la automoción.
Quizá también te interese: