“Hábitos para ser más productivo y feliz”… menudo título, ¿verdad? Miles de artículos de este estilo inundan la web hoy en día. Y eso es una muestra evidente de la importancia que tiene tanto la productividad como la felicidad en la vida de las personas; sin apenas diferenciar entre ámbito personal y profesional.
Sería demasiado pretencioso intentar subirnos a un pedestal y enseñar a la gente cómo ser más feliz, ya que la felicidad suele llegar cuando algo que prejuzgamos como bueno pasa alrededor de nosotros y nos influye de algún modo positivo. Y hay miles de casos como conseguir un aumento, lograr más dinero; o conseguir una pareja de nuestro agrado. Generalmente son cuestiones que vienen y van; es lo que hay.
Le robamos la explicación a James Altucher para entenderlo mejor:
¿Qué pasa si a tu amor platónico no le gustas? ¿Te pones triste? Lo sé, te pones triste. Vivimos en un pequeño rincón de la galaxia y tenemos el valor de ponernos tristes si alguien nos hace la cobra. Vale, a mí me ha pasado. Y tuve el valor de entristecerme. Ella no me beso. Me dijo, “tengo que ir un momento al servicio” y nunca más volvió.
Pero no podemos dejar al azar nuestra felicidad. En ocasiones es inevitable pero debemos aspirar a que esa fuerza surja de nosotros mismos. Con ella, según Altucher, somos capaces de cualquier cosa que nos propongamos. Lo que no quiere decir que vayamos a caminar por Marte o tener 10 jets privados. Se trata de hacer lo que realmente queremos y necesitamos, de tener la libertad para lograr nuestras metas.
La clave está en la productividad
La forma de hacer las cosas (bien) en el menor tiempo posible; esa es la clave. ¿Y por qué? Porque nos deja tiempo para hacer lo que queremos hacer. La máxima productividad no sólo nos beneficia en el trabajo y por tanto nos sentimos satisfechos o realizados; sino que nos permite tener mayor libertad de elección y más tiempo libre.
A continuación desgranamos una serie de “trucos” para ser más productivo y por tanto, feliz (y viceversa).
Querer menos
Cuantas menos cosas deseamos, más queremos las que tenemos. La justa medida es un valor en decadencia en la sociedad actual pero constituye un básico de felicidad, que además ayuda a impulsar la productividad. Tiene una relación directa con el materialismo que puede perjudicar la adaptación a los cambios y confundir la esencia de lo que somos.
Decir no
Es un problema habitual que genera insatisfacción personal y si desterramos el “no” de nuestro vocabulario podemos perder el respeto no sólo de los demás, sino de nosotros mismos. Además, siendo el tiempo como es un recurso escaso, es absolutamente imprescindible decir que no para hacerlo más efectivo, para garantizar la calidad de los proyectos más importantes y para evitar el desgaste.
Hacer un poco de algo que ames mucho
Enfocado al trabajo, puede ser escribir y se puede fomentar participando en el blog de la empresa. Pero puede gustarnos pasear o hablar con los amigos y de eso se trata por encima de todas las cosas. A la gente generalmente le gusta ganar dinero, pero no es necesariamente algo que ame. Hacer algo que amamos cada día ayuda al crecimiento personal, y cuanto más lo practicamos más nos fortalece.
Mantener y leer un archivo
Algunos referentes de la productividad leen blogs interesantes cada día y guardan los post especialmente buenos que se van encontrando para releerlos en otro momento. Hay quien dice que los artículos de ayer son los secretos de hoy, por lo que es interesante navegar periódicamente en el pasado de nuestros blogs de referencia e incluso enviar un mensaje al autor cuando se encuentra una pepita de oro: “Este fue un buen post”.
Esto sirve no sólo para tomar perspectiva y recordar cuestiones relevantes, sino que permite encontrar bibliografía para proyectos propios y entablar relaciones profesionales (con una nota agradable y diferente de reconocimiento).
Hacer lo que otros no pueden hacer
La mayoría de la gente tiene sus reglas sobre lo que no puede hacer. No se pueden empezar dos negocios a la vez, no se puede hacer una película sin experiencia, no se puede salir con alguien que se presupone fuera de nuestro alcance, no se puede llamar al Presidente para hacer un podcast, no se puede terminar vivo una maratón sin prepararse…<
A muchos genios les gusta probar todas esas cosas que la gente no puede hacer simplemente para probar que efectivamente la gente tiene razón y no se pueden hacer. Pero sobre todo porque, a veces, la gente está equivocada.
Superar las expectativas
Dar a la gente lo que merece y no lo que espera es uno de los secretos de las empresas más reconocidas, que casualmente son empresas de éxito. Es tan habitual recibir lo justo al son del “es lo que hay, supéralo” que dar un poco más puede potenciar la rentabilidad de nuestros servicios. Además, es altamente satisfactorio a nivel personal.
Da lo que puedas
Da hasta que no tengas más que dar. Incluso entonces, encuentra más para ofrecer en cualquier ámbito. Aunque simplemente sirva para hacer sonreír a alguien.
Canta, pinta, ríe, escribe y celebra
La mayor parte del tiempo no activamos algunas partes de nuestro cerebro. Cuando llegamos al trabajo activamos la parte que nos lleva a ejecutar las tareas hasta que volvemos a casa, algo comprensible y normal. Pero la creatividad juega un papel cada vez más importante en los hábitos de trabajo por lo que se debe potenciar.
La pregunta es: ¿que cosas puedes hacer para despertar partes de tu cerebro que llevan tiempo dormidas? Buscar nuevas formas de hacer las cosas y encontrar la parte divertida de los quehaceres es beneficioso para la motivación y permite encontrar caminos más cortos.
Relativizar
Hay muchas cosas que no se deberían hacer. Algunas por corrección política, otras por mandato religioso. No son cuestiones baladíes pero es preciso detenerse y considerar realmente si debemos preocuparnos por ellas. En ocasiones la línea entre lo bueno y lo malo está tan marcada que no la replanteamos. Hay verdades universales sobre lo que no ha de hacerse, pero todas las demás se pueden replantear.
Esto tiene una influencia directa en nosotros, que permitimos que cuestiones fuera de nuestro alcance nos impacten de forma devastadora. Un mal comentario en público duele, es así. Pero en muchas ocasiones no se puede evitar ya que contentar a todos es imposible. Dejarnos atravesar por estas pequeñas cuestiones sin importancia real empeora nuestra productividad pero sobre todo, afecta a nuestra felicidad.
La productividad y la eficiencia nacen de la felicidad
Ser lo más eficiente posible en nuestras tareas y tener las más altas cotas de productividad, deben ser objetivos prioritarios en nuestro desempeño diario. Muchas son las amenazas a las que debemos hacer frente para lograr estos objetivos entre las que destaca, por encima del resto, la infelicidad en el puesto de trabajo.
No sólo se trata de intentar disfrutar del tiempo que pasamos produciendo, sino de que este tiempo cuente realmente. La infelicidad puede tener consecuencias negativas tanto para la salud como para la productividad como el estrés o la frustración; pero también otras menos graves que a la larga consumen una gran cantidad de tiempo improductivo: despistes, falta de concentración, aplazamiento de tareas, hastío, etc.
Además de los consejos anteriores, podemos tomar las riendas de la productividad siguiendo unos principios básicos que nos ayudarán a ser más felices en el trabajo:
- Encuentra tu pasión y dedícate a ella.
Puede no ser tarea fácil pero es muy difícil mantener la motivación en un empleo que no satisface, por ello merece la pena intentar encontrar el trabajo de nuestros sueños y elaborar un plan con pequeñas metas para alcanzarlo.
- Cuídate comiendo de forma equilibrada, haciendo ejercicio moderado y durmiendo la cantidad de horas necesaria.
De nuevo, podemos encontrar serias dificultades para lograr estos objetivos pero si no cuesta, es que no merece la pena.
- Respeta los horarios, tanto de trabajo como de ocio y el resto de cuestiones a las que debes atender cada día.
Llevar una vida ordenada no tiene por qué ser una rutina monótona pero ayuda en la motivación y el ahorro de energía.
- Mantén buenas relaciones con la gente de tu alrededor, tanto compañeros como (más estrechamente) familiares y amigos.
Hará que mejore tu humor y ayuda a mantener un buen ambiente en el trabajo.
- No os resignéis a pasar de puntillas por vuestra empresa y calentar la silla.
Con este consejo podrás acercar el deber al placer más de lo que puedas imaginar.
Bibliografía empleada
¿Cómo ser más feliz en el trabajo?, Nuria Molina.
10 Habits to be happier and more productive, James Altucher.