Los mitos sobre BI más comunes

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Ya sea por desconocimiento, mala fe o una manera de entender mejor cuestiones complejas; toda disciplina tiene sus propios mitos. El Business Intelligence no podía ser menos, más aún cuando se encuentra en un momento dulce de popularidad en las empresas, lo cual genera muchas alusiones. Los mitos sobre BI suelen ser verdades a medias o creencias popularizadas que resultan ser falsas y que de alguna forma, desfiguran el concepto.

Qlik ha elaborado recientemente una lista con los 6 principales mitos sobre BI con el objeto de desmontar creencias falsas que pueden desmotivar a más de una empresa (con la consiguiente amenaza a su competitividad futura) o hacerse una idea que no es. Descubre cuáles son y cómo hacerles frente.

 

Mito 1: El Business Intelligence sólo es necesario para aquellos que toman decisiones en la empresa

Este mito está fundamentado en que, tradicionalmente, los directivos y los profesionales encargados de la toma de decisiones en la empresa son quienes más uso hacen de estas herramientas. Si bien supone un valioso aliado para estos perfiles, la inteligencia de negocio tiene utilidades para otro tipo de trabajadores.

Una de las grandes ventajas de este tipo de software es la capacidad de recopilar y analizar la información, algo que puede ser de gran utilidad para cualquier perfil empresarial. Al fin y al cabo, en mayor o menor medida, todos los empleados toman decisiones en su ámbito de actuación. Aprovechar una fuente centralizada de datos útiles debe ser un objetivo global de toda la empresa.

 

Mito 2: Business Intelligence es obtener buen reporting

Sí­, pero no sólo eso. A menudo, tener una buena herramienta de reporting es el objetivo con el que se inicia una implantación de estas caracterí­sticas, pero el BI va mucho más allá. No se trata de elaborar informes con datos con un cierto cuidado estético, sino de obtener información relevante para la buena marcha de cada operación en la empresa.

El Business Intelligence permite profundizar en los datos, generar hipótesis, realizar preguntas, interconectar variables y toda una serie de capacidades destinadas a explorar posibilidades y detectar tendencias.

 

Mito 3: La rapidez es la solución a cualquier problema de adaptación

Que la herramienta sea rápida es un requisito fundamental, no sólo en términos de eficiencia, sino también como forma de alentar la utilización entre los usuarios. Pero no es suficiente. El software de gestión en general, y el Business Intelligence en particular, debe aspirar a ser lo más flexible posible para ser un apoyo efectivo en cualquier situación.

En definitiva, la adaptación no será problema para los usuarios siempre que la herramienta sea rápida, fácil de usar y flexible; como la propia QlikView.

 

Mito 4: Las pymes no tienen capacidad para utilizar BI

La carga de trabajo y la necesidad de formación son quebraderos de cabeza para las pymes; pero el mercado de soluciones BI hace largo tiempo que comenzó su avance en la democratización de estas herramientas.

Las pequeñas y medianas empresas que usan Business Intelligence no son excepciones: el análisis de datos y la difusión de la información supone una mayor seguridad, un aumento de la competitividad y mejoras en la productividad de los empleados. Objetivos a perseguir en cualquier empresa, pero de especial relevancia en las de menor tamaño.

 

Mito 5: Mejor visualización es mejor análisis

Cuanto más visual es una información, más atractiva nos resulta, lo que ayuda enormemente en su interpretación. De ahí­ surge la importancia que las herramientas lí­deres le dan a la visualización. Pero no todo es ver y dejarse atraer por las imágenes… la navegación es fundamental para que esas imágenes resulten de utilidad.

Los usuarios deben tener la capacidad para interactuar libremente y navegar sin restricciones para realizar descubrimientos; un proceso de descubrimiento que se ve limitado con informes estáticos que impiden la interacción.

 

Mito 6: Un acceso a más datos permite tomar mejores decisiones

La información es fundamental, pero tener acceso a gran cantidad de datos no es sinónimo de decisiones acertadas. Tomar la mejor decisión supone experiencia, conocimiento y práctica.

El BI puede ayudar enormemente a esta tarea, pero los datos por sí­ mismos pueden no decir nada. Tomar buenas decisiones requiere entrenarse en el análisis de datos e ir avanzando en el uso de la herramienta utilizada para tomar decisiones inteligentes y descubrir nuevos conceptos útiles.