En un entorno en el que -cada vez más- las empresas compiten en un mercado global, la mejora de la productividad supone un factor clave para la supervivencia de nuestros negocios. Y es que la capacidad para producir de manera eficiente reporta distintas ventajas competitivas relacionadas con el ahorro, la rentabilidad o la calidad.
Mejorar la productividad es un objetivo que requiere la implicación del conjunto de personas que componen una empresa, implicando también de algún modo a los proveedores u otros profesionales o empresas relacionadas. De ahí la dificultad para lograr mejoras significativas, que por otro lado no debe impedir que busquemos el objetivo final.
Existen numerosas vías y acciones encaminadas a mejorar paulatinamente la productividad de una empresa, dependiendo de factores tangibles como los recursos disponibles y el mercado; u otros más difíciles de definir como la filosofía empresarial. La productividad laboral requiere de unos hábitos que podemos ayudar a implantar en el día a día de todos los empleador, pero en esta ocasión nos vamos a detener en la productividad global en el conjunto de la empresa.
Ideas para mejorar la productividad en la pyme
Dependiendo del caso concreto, es posible que éstas ideas (o una combinación de las mismas) os ayuden en este reto para el 2015.
Modernización de la empresa
La frase invita a pensar en aumentar el gasto para mejorar la maquinaria, incorporar nuevos perfiles de trabajadores, invertir en innovación, incrementar el uso de nuevas tecnologías o explorar nuevos modelos de negocio con proyectos paralelos.
Si bien tenemos que destacar en este punto la posibilidad de multiplicar los recursos para la investigación y el desarrollo como clave competitiva a futuro con todo el esfuerzo que eso supone, también hay que decir que modernizar una empresa no sólo es gastar dinero.
Aquí es donde entra en juego la creatividad para buscar formas de hacer todavía mejor eso que hasta ahora hacíamos tan bien o empezar a dar pequeños pasos para lograr una transformación más profunda a medio plazo. Como ejemplo tenemos la irrupción de las redes sociales en el mundo profesional, herramientas de comunicación que podemos aprovechar con relativamente poco impacto negativo en nuestros bolsillos.
Formación y motivación personal
Quizá la vía más relevante para conseguir cambios importantes y duraderos en las organizaciones es cuidar de quienes hacen posible que la empresa funcione. Los trabajadores son el principal activo de cualquier negocio y como tal han de ser valorados.
La gestión de recursos humanos debe incidir en la capacitación del personal, la formación continua y la libertad para que las personas aporten lo mejor de sí mismas. Estas cuestiones combinadas con el fortalecimiento del trabajo en equipo y el desarrollo de políticas de bienestar laboral pueden hacer que el trabajo sea más eficiente e incluso mejor. En los últimos años han cobrado relevancia en este sentido la flexibilidad de horarios, el trabajo desde casa o el BYOD; cuestiones que deben abordarse con seriedad para establecer cierto control que las haga realmente efectivas.
Planificación estratégica
Saber a dónde se quiere llegar es el primer paso del camino, por ello es importante reflexionar sobre la situación real de la empresa para simular la situación deseable a futuro. Como los cambios no suceden de un díaa para otro, una vez esa proyección está clara y es asumida por todas las figuras relevantes de la empresa, es necesario plantear la sucesión de acciones que ayuden a alcanzar cada hito del recorrido.
Situados en la casilla de salida, es vital saber comunicar de forma efectiva las decisiones tomadas, permitiendo la participación y valoración de todas las áreas para que todos tomen el objetivo como propio. En esta planificación se deben plantear además posibles cambios en la organización interna, formas de medir la productividad, retribuciones no monetarias a los empleados, etc.
En todas estas cuestiones, el software de gestión empresarial puede jugar un papel relevante, no sólo como apoyo a la productividad sino también como revulsivo. La combinación ganadora de ERP, CRM y BI puede hacer el trabajo más eficiente, las decisiones más acertadas y los costes menores.