La información es conocimiento, y como hemos comentado ya en alguna ocasión, el conocimiento va más allá de los simples números, por lo que es preciso realizar un análisis de datos. Es algo que saben por ejemplo, los organizadores de una de las principales citas deportivas de cada año: el Tour de Francia.
El Tour, para los aficionados al ciclismo, es la carrera por etapas más importante de la temporada; donde se la juegan los mejores y se puede disfrutar del mayor espectáculo ciclista del mundo. La carrera ha dado grandes momentos a la historia del deporte, creando mitos, leyendas y momentos inolvidables. Nombres como Merckx, Anquetil, Indurain o Hinault son parte de la historia no sólo del ciclismo, sino del deporte en general.
En una carrera con tantas cuestiones a tener en cuenta para lograr puntos y victorias, que además cuenta con un gran número de competidores; el control de los datos resulta fundamental. Pero no ha sido hasta este año cuando el análisis de datos se ha llevado a la máxima potencia.
Durante la competición, se genera una ingente cantidad de datos, que hasta la presente edición no se estaban teniendo en cuenta. Es más, muchos de estos interesantes datos no estaban siendo siquiera medidos; pero en 2015 ya se están recogiendo en tiempo real. El proyecto, en fase piloto, en principio tendrá un recorrido de 5 años durante los cuales se irán incorporando formas de distribución y datos a tener en cuenta.
Gracias a la colaboración de los equipos participantes con la organización, cada corredor porta en su asiento un localizador por primera vez en el ciclismo profesional, tras la prueba piloto en la Dauphiné. Con él se obtienen datos como la velocidad, la posición exacta en carrera, la distancia entre competidores y se podrá conocer algo mejor otras cuestiones como la influencia del viento o cómo se preparan los ciclistas para un sprint.
Este seguimiento tiene múltiples posibilidades, que derivan de la necesidad fundamental de información que tenemos las personas. Por una parte la organización podrá analizarlos para, entre otras cosas, seleccionar rutas en el futuro o mejorar la seguridad, pero por otra la información de los medidos especializados será mucho más completa y participativa.
También pueden ser datos de gran interés para los equipos y los profesionales, que podrán analizarlos para mejorar entrenamientos y estrategias, conocer su rendimiento físico al milímetro o compararse con los rivales. Los aficionados, por su parte, también pueden acceder a los mismos para explorar la evolución de sus ciclistas preferidos, lo cual abre un importante abanico de usos y oportunidades de negocio como aplicaciones móviles o juegos.
El caso de análisis de datos del Tour de Francia, es un ejemplo para nuestras empresas. La información generada, claramente es una oportunidad de explotar las ventajas propias sobre la competencia pero también permite explorar la generación de modelos de negocio novedosos o mejorar la atención centrada en el usuario, entre otros muchos beneficios.