El ransomware es una de las amenazas más graves y extendidas que enfrentan las empresas en la actualidad. Este tipo de malware (cualquier tipo de software malintencionado que se diseña para causar daño a los sistemas informáticos o para obtener acceso no autorizado a ellos) se utiliza para cifrar los archivos de un sistema informático y luego exigir un rescate a cambio de la clave de descifrado. Los ataques de ransomware pueden causar graves daños financieros y de reputación, por lo que es importante que las empresas tomen medidas para protegerse contra esta amenaza.
Este tipo de software malicioso puede afectar a cualquier tipo de organización, desde pequeñas empresas hasta grandes corporaciones. Los atacantes suelen utilizar técnicas de ingeniería social (métodos para engañar a las personas como el phishing, con correos falsos), para hacer que los usuarios hagan clic en enlaces maliciosos o descarguen archivos infectados.
Los peligros de estos ataques
Si un ataque de ransomware cifra los archivos de una empresa y esta no tiene una copia de seguridad de los mismos, puede perder datos críticos para su funcionamiento. Además, el pago del rescate no garantiza que los atacantes proporcionen la clave de descifrado, lo que puede llevar a la pérdida definitiva de los datos.
Los ataques de ransomware también pueden tener un impacto en la reputación de una empresa. Si se produce una brecha de seguridad y los datos de los clientes se ven comprometidos, puede haber una pérdida de confianza por parte de los clientes y los inversores. Además, los ataques de ransomware pueden tener costos legales y de cumplimiento, ya que las empresas pueden estar obligadas a notificar a las autoridades y a los clientes afectados.
Medidas para protegerse del ransomware
Existen varias medidas que las empresas pueden tomar para protegerse del ransomware, como por ejemplo:
- Mantener el software actualizado: Las empresas deben asegurarse de que todo el software utilizado en sus sistemas informáticos esté actualizado y parcheado. Las actualizaciones de seguridad suelen incluir correcciones de vulnerabilidades que los atacantes pueden utilizar para acceder a los sistemas.
- Realizar copias de seguridad regulares: Especialmente de los datos críticos, almacenándolos en un lugar seguro y fuera del alcance de los atacantes. Si se produce un ataque de ransomware, las copias de seguridad pueden utilizarse para restaurar los datos (lo que sería el mal menor, ya que no evita el ataque, pero sí minimiza su impacto).
- Utilizar software de seguridad: Tanto antivirus como cortafuegos, para proteger los sistemas informáticos de las amenazas conocidas. Esto no es infalible ya que es un riesgo en continua evolución y transformación, pero se reducen mucho las posibilidades. Es recomendable utilizar soluciones de seguridad avanzadas, como sistemas de detección y respuesta de endpoint, que pueden detectar y detener ataques de ransomware en tiempo real.
- Formación a los empleados: Las empresas deben educar a sus empleados sobre los riesgos del ransomware y la importancia de seguir buenas prácticas de seguridad informática. Esto incluye no abrir correos electrónicos sospechosos, no hacer clic en enlaces desconocidos y no descargar archivos de fuentes no confiables.
- Establecer políticas de seguridad: Con una estrategia global y planes de acción definidos, las empresas deben establecer políticas de seguridad claras y aplicarlas de manera consistente.
El ransomware fue la amenaza de malware más prevalente en 2021, con un coste global de 20.000 millones de dólares (un 57% más que el año anterior). Y esto sin contar costes indirectos como la pérdida de productividad, la interrupción del negocio o la pérdida de confianza de los clientes, costes que el 94% de las empresas que sufrieron un ataque de ransomware experimentaron de algún modo: interrupción de las operaciones, pérdida de ingresos o pérdida de datos. Estas cifras ilustran la magnitud del problema y la necesidad de tomar medidas para protegerse contra esta amenaza.