Encuentro consuelo en la interpretación de los mundos múltiples (IMM) de la realidad. En términos laicos, la idea inicialmente propuesta por Hugh Everett* en 1957, expresa que todo posible resultado de cualquier evento se define o existe en su propia “historia” o “mundo”. En otras palabras, que cada vez que se da un evento, el universo se divide.
Ciertamente es una teoría controvertida que divide a los físicos, algunos de los cuales la consideran una idea aborrecible y poco más que un deseo ilusorio. Pero como he dicho, encentro la idea de los universos infinitamente ramificados como reconfortante, ya que supone que en alguno de estos probables universos, yo puedo ser ¡una estrella del rock o un medallista olímpico! También significa que en otro universo mi yo paralelo y su paralela mujer tienen una hija que les puede hablar y que vivirá una vida independiente libre de discapacidad y dificultades.
Pero, ¿qué tiene que ver esto con la Inteligencia de Negocio?
Cuando estaba en Gartner, solíamos hacer encuestas anuales sobre los motivos de compra de Business Intelligence (creo que la última fue en 2010) que cada año consistía en constatar que la razón principal por la cual las organizaciones invertían en BI era “acelerar y mejorar la toma de decisiones”. Una decisión es un evento. Como tal, en una realidad de universos paralelos cualquier posible consecuencia de una decisión continúa en paralelo, ramificando universos creados en el punto en que se toma cada decisión. Si la IMM es real, supone que lo que la gente hace con la Inteligencia de Negocio es muy diferente a como se considera usualmente.
Ésta es mi lógica:
- La gente utiliza la Inteligencia de Negocio como guía para las decisiones.
- Los eventos de decisión, parten universos.
- Por tanto, el Business Intelligence es una herramienta para cambiar entre universos paralelos.
Para llevar la lógica más allá, si la consecuencia más probable de la decisión es conocida, el BI es una herramienta para navegar por universos paralelos de forma consciente. Sin embargo, ahí radica el problema. Para la mayoría de decisiones de negocio, más allá de usar la regla de oro de la experiencia y otras heurísticas, el resultado más probable de las decisiones no se conoce con anterioridad. Esto afloró en una encuesta reciente de Qlik en la que el 36% de los encuestados citaban la “falta de resultados claros en las opciones” como inhibidor de la toma de decisiones. Así, cualquier toma de decisiones, y por tanto cambio de universos, es incierto, puede que incluso aleatorio en algunos casos. Este problema es el motivo por el que los métodos de probabilidades, particularmente el Montecarlo, son de gran utilidad. Calculando la probabilidad estadística de alternativas (y recuerda que el motor QIX de Qlik soporta el Método Montecarlo) se puede tomar una decisión y navegar los distintos universos con menos incertidumbre (pero aún así con alguna incertidumbre; no podemos olvidar la naturaleza caótica de los sistemas complejos).
Así que la próxima vez que alguien te pregunte para qué sirve un software de Inteligencia de Negocio, dile que es para navegar a un universo paralelo. Puede pensar que has caído en la locura, pero al menos le provocarás cierta intriga y con un poco de suerte, le harás pensar sobre qué decisiones toma realmente y por qué son tan importantes. O no… recuerda que si yerras en este universo, puedes hacerlo bien en otro.
*Para los amantes de la música, Hugh Everett era el padre de Mr. E, líder de la banda indie Eels. Puedes verle presentando un documental de la BBC sobre la vida y obra de su padre en el siguiente vídeo.
Artículo realizado a partir de la traducción de un texto de James Richardson (Director en Gartner, ex-BI Strategist en Qlik) en Computer Weekly.