sindrome postvacacional

Consejos para volver de las vacaciones al máximo nivel

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La vuelta al cole está muy cerca, pero los niños no son los únicos que la sufren. Los mayores, tras un período de descanso o inactividad, también tenemos que volver a la rutina y al trabajo. Algo que sabemos al irnos de vacaciones y que es inevitable, pero que para muchas personas sigue suponiendo un pequeño trauma.

Para que esto no ocurra es muy importante contar con una motivación para volver; pero también es necesario realizar una buena y paulatina incorporación al estilo de vida habitual, tan alejado del que llevamos durante las vacaciones. La preparación de la vuelta al trabajo comienza antes de las vacaciones, pero es en los primeros días de curro cuando cobra mayor importancia para no caer en el llamado “síndrome postvacacional“.

 

El síndrome postvacacional: un enemigo en la vuelta al trabajo

Se conoce como síndrome postvacacional al principio de depresión que afecta a algunas personas durante su vuelta al trabajo. No es más que un estrés típico que se puede experimentar en cualquier otro momento del año (apatía, irritabilidad, desánimo, dificultad para relacionarse, insomnio, dolor de cabeza, cansancio excesivo o incluso tristeza) pero que viene principalmente motivado por el fin de las vacaciones.

 

¿Existe realmente el síndrome postvacacional?

Bueno, la respuesta no está clara. Es cierto que este tipo de estrés se manifiesta en muchos trabajadores y puede derivar en problemas serios, pero más que una depresión por la vuelta al trabajo, es más un malestar por el cambio de horarios, la falta de sueño, la cantidad de trabajo atrasado y/o dificultad para asumir diferentes frentes (trabajo, vuelta al cole de los hijos, ejercicio físico, cuesta de septiembre, etc.).

Es habitual bromear sobre este asunto ya que se acaba la “buena vida” hasta nuevo aviso y hay que volver al trabajo rutinario. Es por ello que esta sensación se verbaliza como depresión o hastío; pero no llega a tanto en la mayoría de los casos. Si el desánimo se alarga durante más de dos semanas, sí podemos hablar de un verdadero problema.

 

Consejos contra el síndrome postvacacional

Sea lo que sea, podemos luchar contra esa sensación de los primeros días de trabajo. La clave es motivarse y asumir que, dado que no hay alternativa posible, lo mejor es volver al puesto laboral de la mejor forma.

 

El primer día es clave. Si estamos en el trabajo, estamos en el trabajo y hay que olvidarse de si es duro, si lo pasaste bien en vacaciones o cuándo es el primer puente que puedes aprovechar. Por otro lado, aunque la vuelta al trabajo conlleva volver a la exigencia y la responsabilidad, también tiene cosas buenas. Por ejemplo, volver a ver a los compañeros y amigos o poner de nuevo un poco de orden en la vida (comidas, ejercicio, horarios definidos, etc.).

 

Para que la vuelta no sea un shock, es importante también tomárselo con calma. Hay que ponerse al día y si se ha estado 10 o 20 días de vacaciones, es imposible hacerlo en un día. Hay que organizarse, distribuir las tareas según urgencia, enterarse bien de lo que ha acontecido en nuestra ausencia y establecer objetivos para el nuevo curso. Es normal que cueste un poco al principio, pero los primeros días están para que nos habituemos de nuevo al ritmo de trabajo anterior.

 

También conviene ser conscientes que el día no es solo trabajar. Un día bien distribuido y aprovechado nos puede servir para muchas cosas; entre otras, ayudarnos a tomar el ritmo, descansar o sentirnos mejor con nosotros mismos. Después de la jornada laboral se puede aprovechar para seguir estando con la familia, pasar el rato con amigos que no hemos visto en vacaciones o hacer alguna actividad de nuestro agrado. También podemos aprovechar para plantear o iniciar objetivos personales. Y sobre todo, bajo ningún concepto, llevarse el trabajo a casa durante las primeras semanas.

 

Como se ha comentado anteriormente, la motivación es esencial. La capacidad para motivarse es limitada y en cierto modo un misterio, porque no es tan fácil motivarse. Pero hay un truco para intentarlo: ponerse objetivos y visualizarlos. Si nos centramos en la de días de trabajo que nos quedan por delante hasta los siguientes días libres, sólo aumentaremos la ansiedad. Hay que centrarse en los días que tenemos para conseguir un nuevo objetivo y mejorar nuestro desempeño. Los objetivos que suponen un reto y que queremos conseguir tanto a nivel profesional como personal, nos ayudarán a ilusionarnos.

 

La actividad física nos puede ayudar a sobrellevar el primer día y el resto del año. Al hacer deporte mitigamos el estrés, mejoramos la salud, nos olvidamos de problemas laborales, rompemos la monotonía y ganamos energía. Además, ayuda a mantener un mejor aspecto, lo cual mejora la motivación para seguir practicando, mejorando y alcanzando objetivos.

 

Sigue estos consejos y volverás de las vacaciones a tu mejor nivel.